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poesía: CARTAS A RAPUNKCEL!.




VIDEOPRESENTACIÓN DE LIBRO EN A COVA DOS RATOS,VIGO,2008.








CAPÍTULO
UNO: Tú.


I.
Tu eres una
rosa loca,
la herramienta
encabritada
del caballo,
tienes la
belleza de la
coz
en tus hoces,
en tus fauces,
viaje
que me ofreces
salvaje
y me confundes.


II. Descontrolamina.
Poder en la distancia,
en el último
momento
querría huir de ti,
no ponerle
precio a un lamento,
sólo esconderte,
encontrarte,
traerte,
regalarte,
tocarte,
equivocarte,
beberte,
comerte
y amarte.


III.
No me gusta
teñirte de mis
necesidades,
me resultas
improbable
respondiendo
a mis exigencias,
sospecho
de ti,
de tu lecho
y de tu pecho,
sospecho que
yo
no llego.


II.
Hablo de la herramienta
más sencilla,
tu asombrosa
maravilla,
mi profunda transformación
y lo exacto
de nuestro baile,
¿alguien
podría
objetar
al arte
el
mancharte?


IV.
No todos
sabían llorar,
pero no rieron
más los
alegres
que los sabiamente
tristes,
alguien debía
sobrellevar
la pasión
en armonía
con lo profundo,
el resto,
humo para la evasión,
materia
dura,
el
mundo.


V.
Lo sentí
cuando acaté
la pobreza,
suave como
el café,
alegre como
tu ligero dolor de
cabeza,
profundo
como la herida
del alcohol,
extenuado mi
corazón viscera,
repleto de tu
droga, invita
a la fiesta,
a la sinrazón
y así no hay suerte.


VI.
No eres tú
el que rompe mi
abrazo,
soy yo la que
estrelló
su alma
en pedazos
contra tí.


VII.
Mi regalo
habla de ti,
de una voz
callada
que no puede
cantar
lo mismo
a la nada,
al que hizo
el famoso
regalo
¡qué duela
su hechizo
hermoso!
(a Lupe)


VIII.
Porque me
regalaste
el alimento
del que come
el poeta,
amable
sufrimiento
el del corazón
esteta,
perdona
que te hable.


IX. Descontrol.
Parece que no
lo dominas,
tolerancia
a la dopamina,
bombillas
robadas
y entretejidas
esterillas,
dame un
altar,
culto,
paz a tu roce,
oración.


X.
Oración,
te lo pido,
un Dios hambriento
de mi pasión.


XI.
Para cambiar de cama
y darle alas al amor
mi corazón rezuma
de asqueroso barbitúrico,
de azucar y café,
de lagrimas inconsecuentes
y de hastiada fé,
nada es poco
para todo lo que da
estar el poco loca
que dora lo que toca.


XII.
La
mariposa
en
tu escote.


XIII.
Sola
mente
tú,
al diablo
con sus
flores.


CAPÍTULO
DOS: Yo.
I.
Sentido común
a pie de calle,
impreso en los
muros
como el color
del encantador
planeta-planeta,
¿me sigues
amor?


II.
He resultado
ser una cotidiana
estrella
de alegría,
una incontenible
risa bella,
porqué te concebí,
preciosa
piedra,
porque te abrazaría
siempre,
roble redondeado,
porque aspiro
perfecto
los sabores
del cuidado
y me hago
responsable
del efecto.


III.
Improcedente
insolencia,
ausente
intolerancia,
experimentación
y solvencia
la de la cruel
y tierna
infancia.
(que no la perdamos nunca)


IV.
Dibujos esculpidos en las manos,
idiomas aprendidos de repente,
somos básicamente
un clan,
un grupo y otros grupos de gente
hermandados.


V.
Aprendimos a pecar
imaginándonos lo peor
y descubrimos el sabor
sin abrir la boca,
no es como chupan
los niños de la teta,
porque está el placer
en las cosas sin importancia.


VI.
Es una ciudad
sin barrenderos,
exquisitamente
limpia
y anotada
en un libro
esencial,
el de los viejos
versos,
el de las amables
acciones,
sabias leyendas
y naturales
lecciones
y devociones.


VII.
Suena ting,
hay gente
ahí fuera,
soñando y
despertando,
suena tang,
gente naciendo,
muriendo
y conociéndose,
suenas tung,
afinada la nota
de tus pasos con
el eco de tus besos,
dame lo que tienes,
lo único que teng
as
tus ases en la
manga y sonrisas
y te devolveré
la vida que perderías
en todos los armónicos,
suena el gong,
suena tong.



vertidos y todo lo que significa. Poema El gong de María Alonso, recitado de Morc (http://www.morc.es/) , musicos: Morc, David Otero, video by La María, Pontevedra, 2015.


VIII. Genuflexión.
En una
colina, menuda
como cualquier otra,
del color prestado
de su alrededor,
amanece mi chispa,
allí, mi encantamiento
y no me exige
más de
lo que doy,
no me pide
menos de
lo que soy,
habló mi incertidumbre
y ese fue mi regalo,
la certeza perdida,
mi lumbre,
allí en esa colina me aposté,
cansada y encendida
me dormí,
quizá no fuese
el paraje
que el viento de tu alma
buscaría,
pero cambió la mía,
a veces, sin quererlo,
me perdí
ese paraiso
solo intentando
verlo, si fue con otros ojos
que con los que nací,
si fue con la vista
manchada
por aquello que aprendí,
taquilla de la almohada,
peaje de la pesadilla,
regular avanzadilla
de una cruel guerra ambientada
en mis rodillas,
allí en esa colina
amanecen hermosos
los colores, el viento sabe a flores,
el camino es uno y son mil,
allí en esas veredas guardo amores,
allí mis sentimientos medicina son,
los miedos son errores
y, básicamente, me late el corazón.


CAPÍTULO
TRES: La madre
que escucha.


I.
No sobra el aprecio,
pero tampoco hace
falta,
sin tristeza
mis frialdades
asoman a los ojos
que bullían.


II.
El que está
pendiente
está colgante,
cadenas en
el cuello,
esposas
en la piel,
brillantes
que pesan,
que prensan,
que no piensan,
que olvidan
la sagrada
circula
ción.


III.
La sangre
es la joya
que más
brilla.


IV.
Regálame las dulces
horas
que son el alimento,
pues están luchando
mis raíces
bajo la tierra
pedregosa,
algo de algo
sabrían encontrar,
regálame la calma,
el abrazo,
será combatiendo
al frío
que florezca,
te prometo el ramo,
el bucaro y el loor
de los honores,
sí, mis presagios
son de flores.


V.
Kien cría sentimientos
y crea dolor
no tiene
sentido del
humor.


VI.
No te quejes,
o las sonrisas
malévolas
de quien te
quiere mal
y tanto mal
te ha hecho,
resonarán,
impávidas
a tu caída,
no te quejes,
las lecciones
más duras,
los golpes
más crueles,
te alejan
hacia tu destino
y te dan
velocidad.


VIII.
A la oscuridad
no le sobra
ni una
línea.


IX.
Está la
madre
oculta
en su abundancia
para protegerse,
chillan en
aspaviento
los recaudadores
sin lo propio.


X.
Qué no hacías
para resarcirte
con crueldad
de todos los
males imaginados,
si nadie está
en tu piel
y la herida es
propia,
cuando
cicatrizar limpiamente
es tu responsabilidad.


CAPÍTULO
CUATRO: Palabra
de fuego.

I.
Hablan las piedras
como el cemento escucha,
entre las líneas de sus dibujos,
tus pasos,
cuentas las plantas,
señal de que el número
nunca llega al infinito,
ni ayudándote con los dedos,
lleva el aire tu olor,
es innegable
tu firma,
flor,
ataca el metal,
brillo del alba,
destello del sol,
fría y con calor
asoma la fiereza,
pero es de la tierra
el rincón plano
y tranquilo
donde duermen
para siempre
la risa
y el dolor,
en el tempero
te espero,
amor.


II.
Fuego, que es un devóralotodo,
tiempo, que es constructor
de cenizas,
harapientos los
brujos de sus mejores
galas,
hablados los conjuros
en infames sonrisas,
juega el viento con nosotros,
son sus cabriolas
sede de contratiempo
o ligero y fructuoso baile,
juega el ritmo con nosotros,
está maravillado
el aire.


III.
Dicen los científicos:
¿no es la electricidad
ambiente turgente
y obvia que
desde siempre
ha existido?
la usas
para no
dormir
y la
desusas
para soñar,
pues se
reza sólo
frente al
fuego,
lar.


IV.
O quema
lentamente,
o estalla,
los velos más
sutiles
no se pueden
tocar.


V.
Confianza y ciega fé
se necesitan,
como la mentira
se descubre
y el cojo camina.


VI.
Sabes que te quiero
con las palmas
hacia arriba,
escudo de la fé.


VII.
Palabra fuego
y silencio luego,
por favor,
amor.


VIII.
Luz,
paz
que hace falta,
tranquilidad.

IX.
No lo adivinaron
ni entrevieron,
se guiaron tan sólo
por el olor
suave de aquellos
que lo entendieron,
refulgen entre
la gente y
es tan palpable
el fulgor
como poco prudente,
esquinas de los
elegidos llenas
de gente.


CAPÍTULO
CINCO: Armonía
del mar.


I.
Hay de tu
envejecimiento
una ternura
guardada
en mí
como un cojincito
en el que se guardarían
todos los secretos
de almohada.


II.
Te regalo,
dama valiente,
un sinfín heredado,
a tu techo
la luz de colores
del ancho mar
del valor
de los amores.


III.
Tiene corazón
de bestia
el pececillo,
no es sencillo amar.


IV. Sirena.
Bailabas
en las olas
gigantes
con la confianza
con la que hoy
las observas
de cerca
y las bailas
con la cola.


V.
Me comes y creces,
no duele,
arrima,
me agarras
y te sujeto,
no cansa
y me rima.


VI.
Ratas aprendiendo
a ser ballena
azul,
risa
mediante.


VII.
Brilla y traga la
velocidad,
ke no es ansiosa la
potencia sino
valencia.


VIII.
Han pasado ya
las tormentas del alma,
las ociosidades del vicio,
las oscuridades heredadas,
un paso más
y el sano juicio
alumbrará el
camino,
el destino
del caso
que nos hicieron
los desatinos
es el recono
cimiento
de la edad.


CAPITULO
SEIS: Los ojos
son los pastores
del alma.


I.
Rugosidades
en el velo
más liviano,
certeza,
la mirada
del latido,
calor en tu
corazón,
si no eres
de sed,
si no eres quien
piensa,
garganta,
aguanta.


II.
A tu cuadratura
de sentido
común y razón
pura
la tranquilidad
de la más dura
lucha,
la fertilidad
es esa alcancía
y monedas
son sus ojos
y son gloriosas
las huchas
vueltas corazón,
porque guardan.


III.
Las formas
tienen y
nacen
en la oscuridad,
más allá
de la luz
que las acentuaría,
embellecer
lo puro
la misión
de la visión,
porque es la
sensación,
el descubrimiento,
colmada
el aburrimiento,
saturada
del mundo
la ceguera,
sentidas las
formas al tacto
descanso y
entreacto
del cuerpo
que jamás
olvidará
su sentido.


IV.
Tu luego
me tiembla.


V.
De todas las lenguas
vueltas fuego,
de todos los reflujos,
es el sabor de
la infancia
en tu boca
lo que me descoloca,
tu luego.


VI.
Recitan los ojos
feroces,
es exacto
el automatismo
científico del cuerpo,
la muerte asoma en la vida,
en el blanco nace todo color.


VII.
Iris,
tu eres
coloreado
y fascinan
te.


VIII.
Certeza
de la mirada
son las cosas.


IX.
Iridiología del alma,
palabras que de ninguna
manera se podrían
pronunciar,
son ese brillo
somero,
amante,
imposible de
evitar.


X.
Por que todos
mis poemas
son a ti,
amor de mis
amores,
ternura sin
dolores,
colores
son sin
fin
en tus ojos,
hijo.


CAPÍTULO
SIETE: Poética
del relé.


I.
El amor
continuo
tiene
algo de positivo
y de negativo,
y los sentimientos
alternos
saben y no saben
a lo mismo.
II. De como el angel es mecánico y
el diablo es eléctrico.
Empezamos con las
trivialidades, justo después
de las intensidades súbitas,
es el juego del gato y el ratón.
Primero la conexión eléctrica
que lleva al empujón,
que funciona con pegajosa
energía y devuelve
a la acción
a lo que se diseñó aquel
día, tras aquel día.
Y a tu lado
se sienta el hombre
perfecto, el adecuado,
el dulce, regalado,
el angel frente al demonio
tentadorde tu sol desconocido,
la respuesta a todos mis miedos
inventados o las nuevas
preguntas,
las ruedas del Samsara o los
engranajes del amor sin ambajes.
Tengo un angel para la querencia
y un diablo para recordarme
que la sombra
es inocencia.


III.
Tengo que hablarte
de un conductor
que anda suelto,
sencillo de resolver,
dibujado y perfilado,
su velocidad es
toda
no ofrece resistencia,
está desconectado,
esa es la verdad,
si tengo miedo
al cortocircuito
es por mi cerebro,
tan delicado,
tan a punto de explotar
como sólo un conductor
no lo puede
comprender.


IV.
Yo soy un pulsador
dámelo,
intercede por mí,
estás activado
y yo ya me he ido.


V.
Soy un interruptor,
piénsalo,
encallado en tu costa,
fiel a tu luz,
fiel a tu oscuridad.


VI.
Potencia
entre tú
y tu culo,
no temes
al ridiculo,
la potencia
es una mirada
fugaz,
a medias
entre tu fuerza
y tu nervio,
pero es
largo y largo
el día,
de potencia
se alimenta
tu energía,
la que me
das,
la que tu
voz
regala,
la que tu
mano
gestualiza,
el tiempo
que convierte
la foto en baile,
que cuánto
puedes durar
y si lo vamos
a comprobar.



VII. Pretensión.
Rictus en los labios,
palabras
en un tono de voz
inquietantemente
monótono,
maquinalmente
tenso,
que em tas contando
a qué resuena tu
idioma,
de que podemos
hablar
sin referirnos
a qué estamos
jugando,
a interferirnos.


VIII. Hay una variación.
En la continuidad
no había nombres,
nadie se amaba,
hay una variación,
un canto que
se oye,
lo tengo
latiendo en
mi sien,
respondes lentamente
cuando mientes,
eso que pasa,
ese rubor
se transmite
hay una canción
en esa variación,
es la risa
que excita,
a su lado
se levanta el
muerto,
su baile
es diferencial,
pues hay una relación.


IX.
Aceleraste,
te dije
calma,
la música del alma.


X. Polvo.
Circuito sucio,
circuito cochino,
sobreintensidad
sobre toda la ciudad.

XI. Contingencia.
Tu tienes
y eso te pierde,
estás enamorada
de tu contingencia,
como un tesoro
recuperado, por fin,
como un contacto
eléctrico
en las puntas
separadas
de nuestro conductor,
en ese arrejuntamiento
mecánico,
sin saber siquiera
cuál es tu olor.


XII.
Eran los tres que fallaron
simplemente
pensándoselo,
era un baile
al que nadie
estaba invitado,
era una
tendencia
al ahorro
tan fuerte
que segundos
y terceros
caminos
quedaron
relegados
como
el sí
o el no,
tan inmediatamente
que era
irremediable
y se apagó
la luz,
porque
hay vida en la
oscuridad
y en esto no hay
edad
ni
ciudad.


XIII. Corriente.
Claro, siempre
pudo ser de otra
marea,
pero a mí
me lo ha traido
el viento,
el pensamiento
y la música
alrededor
del motor,
sí, continuado,
pero la música
la pongo yo.


XIV.
Buenas noches,
porque estarías
conmigo,
no pienso llamarte
nunca,
podría
interrumpirme,
desarrollar
infinitamente
un rol
y serle fiel
al arrendamiento,
pues ahí dejé
yo la casualidad
como el camino
más lógico,
el más corto es el más fuerte.


XV.
Es la poesía
para el amor,
en otras disciplinas
rimaría
un manual de instrucciones,
cantaría
un diccionario de inglés-francés,
podrías
mirar infinitamente
una imagen
si no reparases en ella.


XVI.
Esa fascinante
pieza
que amortigua
el ruido
de lo
que
de cualquier
manera
sucede
es la medida
que la percepción
humana
le dio
al universo,
la coherencia
proporcional
contra lo
rebuscado,
no se
oye,
apenas
puedes
sentirlo,
pero
está
y
a una
ameba
no le
preocuaparía
el tema
ni un
poco,
¿sabes?,
te preocupas
demasiado.


XVII.
Gotas de humidades,
choiva de erros,
lágrimas indebidas
en brazos de nuevas
amigas
que llevan la marca
de siempre,
mal de amores,
cantantes que
te cantan de favor
eléctrico mágico,
lluvia de flujo
de
electrones mínimos que
me trajeron las notas
de voces emocionadas
fluyendo
por los cables
para que tu me hables
de ojos que se miran,
los nuestros,
eléctricos
tus movimientos,
preguntas
hechas al aire
por otros
y electricidade
estática
que desencadena un
arco voltaico,
tu respuesta,
yo, sí, claro,
soy intocable,
claro
y tengo un pasado,
porque sí,
claro que estoy casado,
claro que tengo todos los años menos
que te separan de mí,
claro que ayer
quise,
claro que se moverme por el
oscuro,
porque soy humano, claro
y yo te espero ahora,
lo se,
tan imposible como la lluvia
de coger,
tan audible
como
la lluvia de olvidar,
tan mojado,
porque, claro,
estás casado.


XVIII.
Sonrisas equivocadas,
poética del relé,
electricidad mortal como la muerte,
todo se acaba.


XIX.
Te mataré con un profundo ayer
porque tu hoy desangelado
de demonio
casado, estás casado, qué trapallada,
amargada,
dolida para cantar
es la melodía eléctrica del nada que hacer,
contacto normalmente cerrado, enamorado, auto
alimentado,
contacto eléctrico apagado,
cosas más importantes en las que pensar
que en un hombre casado.


XX.
Yace presionado,
pero era de naturaleza
abierta,
la historia continúa
sólo porque a él
siempre regresa,
esa es la compasión
del mecanismo,
darle un bonito
nombre,
darle un
bonito
nombre
al anacronismo
que nos crea
y nos
empuja,
conéctalo, si
quieres y si
sabes,
a todas las burbujas
de esplendor,
sigue estando
quieta y acechando,
pero esa pieza
clave
no funciona
en sentido
contrario.


XXI.
Lo llaman
final de carrera
escamoteable
porque tiene doble
sentido,
aunque todo
tiene doble sentido,
y yo también
puedo girar
a mi vez.


XXII.
Hay una parte
que es de magia,
que toca las superficies
rugosas y aprecia,
y hay otra
que empuja
con la fuerza,
porque rugosa
es la naturaleza
de las cosas.


XXIII.
Estaban puestos
y eso alteraba
su capacidad,
juntos en corriente,
su misma intensidad
palpándose en el
ambiente,
chispas
asolazandose
a la solaz
de la oportunidad,
y fue la luz
en su pelo
al quedar en
paralelo,
brillante hasta
molestar,
hasta llegar
a disimular
a confirmar
que el mundo es un pañuelo
el amor, un duelo
y el gusto de volar
la muerte del señuelo.


XXIV.
No me aprietes,
quiero salir y
volver a entrar,
no me sujetes,
podría romperme
en la torsión
de la evasión,
sí, soy flexible,
sí, huelo mal,
sí, soy posible,
sí quiero y
exijo de ti
tu corriente
hasta el final,
es porque tira mi luz
y brilla,
enfatizándome, que
consigo de ti,
siempre que puedas
volver a sacar,
tírame a dar.


XXV.
La explicaban
fría,
pero estaba
mal conectada,
la creyeron
alegre
y fingieron
el abrazo,
allí no pasaba
nada,
pero si pasaba,
al agitar
se pudo comprobar
que estaba.


XXVI.
El relé difuso,
el fusible
imposible
cultural
de amarte,
cómo se te ocurriría
casarte.


XXVII.
Muerte al amor,
amor regresa,
está mi cuerpo
sobre tu mesa,
diseccionado,
ilusionado,
electrificado,
drogado,
mecánicamente parado,
emocionado,
no activado
por tu relé cerrado,
claro, estás casado.


XXVIII.
Quién dijo "amor"
que lo recuerdo
tan envenenado,
estaba casado.


XXIX.
¿Es eso lo que quiero,
una palabra que duele?
nada que no consiga
una pastilla olvidar,
el vacío de dar
que he regalado,
multiplicado,
ahora echo de menos
acertar,
contacto normalmente abierto,
vuelve a mi lado.


XXX.
Sólo tu energía
me empuja
y me convierte
en un haz
luminoso,
y si yo
estuviera
conectada
también
al calor
y pudiera
retroalimentarte
nos convertiríamos
en haces,
haríamos entonces
todo
de lo que fuéramos
capaces.


XXXI.
Casado, está
casado,
ignora,
no me mira
con los ojos
de mirar.


XXXII.
Voy detrás
de ti
como
un cañón,
pasión
por el ruido,
sorpresa del
chirrido.


XXXIII.
Entre
dos
que son el
mismo punto
eléctrico
existe
ese vacío
de
resistencia
infinita
hasta
que amanece
y llega
un pulsador,
ahora sí,
ahora no,
un interruptor,
encallamiento,
un sistema
que se retroalimenta,
el amor.


XXXIV.
Lo supe
cuando estuviste
a mi lado,
medí tu talla,
lo supe
cuando la de al
lado se marchó,
que nos quedamos
a solas,
lo pareció
en un vagabundeo
despistado,
que conocías el camino
perfectamente,
entonces vi
tu ombligo,
posabas
descuidadamente,
que estabas
conmigo.


XXXV.
No, yo no
he dicho nada,
pero la voz
es un cañón
y tiene su trayectoria,
pero la excusa
es una exclusa,
es el medio
porque es fin,
y mi respuesta
fue grave,
fue solícita,
fue directa
a tu pregunta,
cómo te atreves...
te voy a contestar
que sí.


XXXVI.
Puedes venir
un momento...
con una familia
de gestos
y un timbre
de alarma
y confidencia
si llegas
será distinto,
el paso curte
al pie y
lo convierte
en tripa,
porque el camino
es siempre
tan sentimental.


XXXVII.
Nació un dibujo
de una idea,
pero continuó
como lo imprescindible
también puede ser accidental,
al repasar el momento
la diversión le dio el
acento definitivo,
ahí siguen
esos pares
vueltos tríos
para que en
soledad
me acompañe
siempre
tu multitud.


XXXVIII.
Como un cañón...
pero tu resistencia
es infinita,
mismo punto
eléctrico,
cada gota
de aire
grita
en el vacío,
aparto la
mirada,
pero no me
desvío,
de mi cuerpo
sólo mi cabeza
gira,
la fuerza
de la
imaginación
será.


CAPÍTULO
OCHO: Calle.


I.
Pollones fosforescentes
tras el cristal
limpio del escaparate,
algo de grima
debajo de mis
uñas
al mirar los
torsos cortados
de los maniquíes,
querría yo
en mis dedos
un punto
natural,
tu piel de
lycra
es una fantasía.


II.
No te cabe
el culo en los
pantalones,
tienes
la fuerza enxebre
de la selva,
me cobras
un café,
lo que me vale
escribirte este
poema,
en este ambiente
caluroso,
sudoroso
y asfixiante
de foresta de
mesas y sillas
por entre
las que te mueves
como un jaguar.


III.
Cuando
salir a la
calle cuesta
dinero
te miran
todos los
ojos de
la ciudad.


IV.
Toqué
al ciego,
al que no
me lo cobraba,
al que contaba
las historias
como si fueran
cuentos,
sin mirarte
a los ojos,
olvidándote
antes
de comenzar
a contar.


V.
Me fui
de casa
en casa,
llevaba mi
queso, mi
chocolate,
lo que era
gratis
en el mismo
corazón
del capitalismo,
abrí mis huecos
para dejar entrar
a las ratas y
eché de menos
a las hembras
peludas y desconocidas
que alimentan
mi imaginación
en los bares,
a veces hay que
pagar por ello.


VI. Pecados por defecto.
Ritmo primario,
vivo en el decorado
me chupo el
dedo,
al lado cantan
todos los pasados
enteros
de todos los
desconocidos,
busco la clave
que me hermana
con toda la
humanidad
y no es la
envidia,
ni el lujo
vano, la pereza,
ni
el dolor
en mi mano,
aborrecida
de la gula
con la nueva
medicación,
el sexo
me lo he
dejado olvidado
en tu cojón
de cajón cerrado
y del resto
no me acuerdo,
definición
por defecto
de recuerdo,
que quiénes
somos,
quizá
sólo voz.


VII.
Estás mirando
y yo bailo
como una
atleta,
fue un dulce
segundo
en el que girábamos
sobre nosotros
mismos,
llevábamos a cuestas
la locura
de todas las palabras,
así se dirige
un mundo,
sangre fría,
lagarta.


VIII.
Cállate,
que te suena
el móvil
y se te
suelta el
pelo
y se
te deshace
el rizo,
cállate
que no
te enteras
del tono,
que estás
improvisando
y te queda muy mono,
dinero prestado, perfume caro,
robado, monedero invitado,
cállate, que se te cae en el agujero
todo lo que te has olvidado y no
te espero,
tu sigues tu camino, destino,
conoces a tu
gente, tu
desatino,
te abres de repente
y no lo entiendes,
pero en esa
esquina
la que
manda
eres tú
y
de repente
todo lo
que tu cabeza
no entiende
parece
peor,
pero es
igual,
mejor
cállate.


IX.
Date la
vuelta
tranquilo,
yo nunca
estaré
detrás.


X.
Un blues
sabe cerrar
una puerta
y eso duele.


XI.
Me quedaré
sin habla,
tengo esa
facultad,
adalid del canto
es el silencio,
pero el ruido,
el ruido define
el contorno,
lo demás es punk.


XII.
Pues te quedas,
llámalo secuestro,
pa repetir está
el resto,
fdo. lo nuestro.


XIII.
Los locos
dominaban
el mundo,
había
que tener cuidado
con hacerles
sospechar,
tuvieron poderes ilimitados,
ellos mismos no se tomaban en serio,
era un alivio,
sombras de lo mío
en cualquier luz
brillante.


XIV.
Tengo el café
y soy la leche,
sin azucar,
gracias,
tu vaso es perfecto,
no escasea
la temperatura,
sí, el aroma
es sabor.


XV.
Conservar la
verguenza,
la humildad en el
gesto,
la duda razonable,
autocrítica, como
zumbido en tu
oido,
esa parte de las
ondas
que hace fshfsh,
porque
estás
encendido
¿entendido?
tu amor es de
anaconda,
así no hay quien
se esconda,
tesoro.


XVI.
No son señales
porque existen,
sino porque las
ves.


XVII.
Sentido
del humor
en roces sostenidos,
capaz de
sorprender
la gracia del
asunto,
presuntamente
se quedó
convencido
el duende
de que el camino
no es tortuoso,
sino precioso,
como vuelan
las hadas,
a golpe de risotada.


XVII.
Desangel,
a mí tu alcance
me enloquecería.


XVIII.
El final de un camino
tiene ese sabor
distinto.


XIX.
Siento en mí
la pasión de
mi vida
número mil,
como una
gata inmortalmente
muerta
resucitando.


XX.
Intento recordar
gente con tu nombre,
la neurona que responde,
ha olvidado,
es un código
de amor,
es un sonido
encantado,
eres y suenas
a que
estás de mi lado.


XXI.
Siempre vas
adonde yo quiero
llegar,
adonde iba
y no alcancé
y lo dejé
para más adelante,
y tú ya
estabas allí,
recordando
como olvida la piedra,
olvidando
como conoce la roca,
esperándome
en ese roce
del encuentro
que yo doy por
supuesto
y te me estás
adelantando
siempre.


XXII.
Tu esfera te acoge,
mi espera te protege,
la acera te conoce
y en la calzada
dejas una mirada
hacia atrás,
estás mintiendo
si te vas.


CAPÍTULO
NUEVE: Supreme
express.


Electricidad de tomillo,
te falta un tornillo
para que ande el autobus,
si lo cortan y lo
ves por dentro,
mecanico listillo,
te da un patatús.


II.
Es
la rata
detectiva,
que lo
arregla
con saliva,
¿quién se
habrá llevado
el queso?
-¡la cabra!
Pues eso.


CAPÍTULO
DIEZ: El amo.


I.
Tu hablas
conmigo
en ese idioma
cifrado de los
sueños
en el que te
respondo
que sí,
yo sigo
despertando,
en el fondo
jamás
me he
preguntado
nada.


II.
De la devoción
al asco
hay la mínima
distancia
ponderable,
por eso
te quiero yo
tan tranquila
mente,
por la costumbre
de lo inevitable.


III.
El quicio
y el vano
son
la
puerta.


IV.
Sí, tengo
problemas graves,
no,
no los suficientes.


V.
Así es el
agua,
fluye,
es su propio
camino.


VI.
Sigues
siendo
mi poema
más hermoso.


VII.
Sólo una
poeta
puede morir
cada segundo,
volar
quieta.


CAPÍTULO
ONCE: Enxebre.


I.
Y seguíais ahí,
finos contra
los cedazos,
jamás pedazos.


II. Sabiduría.
Mujer del alma mía,
cantan los ancianos,
todos los que les escuchamos
nos volvemos jóvenes.


III.
Estabais ahí,
anduve descartando
los obvios
según me iban fallando,
les di, eso sí,
todas las oportunidades,
por dar en sí,
por no equivocarme
por defecto.


IV. Prólogo.
Dame un hijo tuyo
y le llamaremos
Uxía, Urraca, Caín, Judas,
Ceán, Anxo, Xan...
dame un hijo
y te daré un padre,
te daré un mundo
de parquecillos y
morritos de cachorros
de perrito,
de amor a chorros,
de delito,
te prometo
la pureza,
le llamaremos California, Milka,
Hernán, le llamaremos
nene o nena,
le daremos carritos, coches,
jardines, canguros, cines,
promesas rotas,
eterna fidelidad,
seguimiento infinito
a los guiños de su edad;
dame un
hijito y haz
verdad que te
necesito.





V.
Te lo diré
en un idioma
extranjero
que aprendí
de pequeña,
en el que sólo
puedo divagar,
pero te creo
en esa lengua
primaria
y te dibujo
con saliva
con perfecta
calidad.



VI. Vegetación recurrente.
Te conocí
hace tiempo,
así que, de
repente,
repito,
la pregunta
es si en
tus ramas
ya creciste
un ramo
igual a mí,
que ya cortaste,
ya miraste
marchitar
y al verme
te acordaste
de que lo que te gusta
a ti es regar.


VII.
Yo no te voy
a dar lo que te
da la otra,
no quiero
confundir
el vicio y
el amor,
pero si deseas
descansar
es ese hueco
a mi lado
el sitio para encontrar
donde nacen
los corazones
alados
que sueñan con volar.


VIII.
Dile a tu marido
que cambie su sitio
en la cama,
hoy te apetece
subir y bajar
por el otro lado,
es mi mano,
que se extiende,
la que tiende
tu sábana,
cojín sin fin
lo apacible
de
lo
dulce
de mi amor.


IX.Roscón.
9huevos
1kgdeharina
300grdeazúcar
200demantecadevaca
anis
levadura.


X.
Ay del significado
de las conversaciones
lentas,
bajo cuerda,
entre líneas,
a bocados se
aman los
tiburones,
con besos
de dientes afilados
y sed de pis,
habló la burbuja
de aire comprimido
y todo lo dijo,
que la natación
es el deporte mas suave
si tus ojos son de mar.


XI.
Vas vir,
veñes voando,
é un vento,
cantiga,
é un xesto
asoado,
de xeito,
de feito,
é unha xesta.


XII.
Honrar
lo único
que tienes
no es
tan santo.


XIII.
Hoy es un
día perfecto
cualquiera
para no
decepcionar
a mi abuela
y seguir
enamorada
de mi marido.


XIV.
Lo que me divertí
en mi última
pesadilla
se lo dedico
al tiempo
negro de la noche
se lo dedico
porque es
un sentimiento
macho de
poder
porque fue
una pesadilla
encantadora
y desatada
y aquellos
monstruos
-que miedoeran
mis seres
queridos
recorrimos
el castillo
y no flotábamos
como hadas
ni pasaba
nada
éramos la
cuadrilla
avanzadilla
vagabunda
inmunda
mas hermosa
de todas
las pesadillas.


XV.
Escupe lo
que escupiste
y lo que
escupirás
si te lo vas
a pensar
y no lo diras
mas te
valdrá escupir
antes de
que pudra
en la negrura
escúpelo limpio.
(a josele)


XVI.
Esa situación
que me quita
el sueño
es mi sueño
(que cuando
duermo
se apaga
para que descanse
así se descalza
un dueño
así danza
descalzo
sin cansarse)
y
al comenzar
el día
vuelve a ser.


XVII.
Si por ti fuera
comería, bebería y
haría el amor,
jugaría, cantaría,
inventaría un idioma,
me esquizofreniaría
todas las veces necesarias,
cambiaría los nombres
y escucharía el roce
de la claridad,
decisión ineludible,
maternidad.


XVIII.
Llueve,
insolitos
los pinos
resuenan.


XIV.
Lo que me indujo a
tolerar tuvo razón,
cualquier acierto
es el acierto
que en este momento
ha sucedido,
porque ha sonado mi
canción,
perdón,
todas las canciones
me devienen
oración.


XV.
O no tendrás
tú, en ti mismo,
esa dulce coincidencia,
ese me lo cargo a
bocados,
orgulloso de
uno mismo
como al sacar
siempre
el pie del atolladero.


XVI.
A ver,
rapaz...


XVII.
A quién
olvido, que
me está
llamando
desde las
profundidades,
a quién
he sumergido
en mi ignorancia,
de quién sobrevivo
y hago de mi
existencia
su migaja,
le pido a
Dios clarividencia
y me responde
dándome las gracias.


XVIII.
Los locos
dominaban
el mundo,
había
que tener cuidado
con hacerles
sospechar,
tuvieron poderes ilimitados,
ellos mismos no se tomaban
en serio,
era un alivio,
sombras de lo mío
en cualquier
luz brillante.



CAPÍTULO
DOCE: Bodichita.


I.
Regazo,
déjalo florecer
y llámalo abrazo.


II.
Tu agotas el
mecanismo de
entendimiento
llamado
movimiento.


III.
En tu resistencia
se adivina
el calor de una
cocina, amor.


IV.
Tacto simpático
pero no pasajero,
no estoy yo
para bromas.


V.
Subterráneos ríos
son fríos misterios.


VI.
Olvídate de la
parte oscura de la
maceta, es de la
tierra cenagosa
de donde las raíces
sacan sus sonrisas
de vida.


II.
Hay algo en tu
mano extendida
alegre como
un paisaje extenso.


VIII.
Te quiero
como
espero querer,
alegre quehacer.


IX.
Que fácilmente
se agarra
una estrella,
la punta de
los dedos
sabe.


X.
Tu dulzura:
título rozagante,
rugido de una
cerradura.


XI.
En una decisión
equivocada
no hay error.


XII.
Inconveniente,
pero dado
el impulso de estar
a tu lado.


XIII.
A tu lado
las cosas
parecen más
hermosas.


XIV.
No lo podía considerar
y era abundante,
no lo pude abarcar
con mi halo vacilante,
hasta que divisé
por fin la
puerta,
pude entrar,
entré y
te dejé pasar.


XV.
Entiendo mi deber
como la traición
obligada,
así de dura
se vive la ternura.


XVI.
¡Qué frío intenso
desaparece
al caminar!


XVII.
Tú y tu brillo
salvaje
me rozais
como la
última luna
menguante
lastima
el cielo
con su
fina
belleza
de línea.
(en Gasteiz).
                                                           VIGO-08.

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